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quien tenga oídos para escuchar
que deje de hacerse el ciego
Ay los aspirantes…
Los vi la tarde del martes por primera vez, algunos nerviosos como delincuentes, otros con la ansiedad de un pura sangre que llevan a correr, exudando expectativas e inseguridades, esperando ser llamados al examen, soportando la demora con todas sus emociones en la piel.
Y habían venido a desfilar para que yo los encontrara.
Cuando entraron al salón ya estaban los papeles. Y las personas.
Las catalogaban mientras se sentaban, los de traje y cara distendida profesores, el de pelo canoso y apariencia de científico exitoso el genetista, el más joven de traje un doctor, por algo está de traje, y el señor de barba, bueno, dijo que era juez ministro integrante del tribunal, pero todos hubieran creído que era un profesor más. La joven bonita de traje, tacos aguja y pelo hasta la cintura que se retiró después de dejar papeles y carpetas, agente judicial.
Juzgaron bien a todos, el Juez De Barba también es profesor de la facultad.
A las dos mujeres altas y delgadas, vestidas con esa informalidad costosa que se asocia tanto con el buen pasar como con la seguridad, nadie, o casi nadie, pudo clasificar. Pero para entonces la morocha de pelo enrulado y ojos negrísimos abría el acto presentándose como doctora y dando instrucciones, así que los aspirantes fueron marchando según orden de letras para recibir las hojas selladas, numeradas, firmadas e infinitamente controladas.
Uno de ellos, ya para siempre en los archivos de la letra «B», quería probarse en tres exámenes distintos y sólo se le entregaron dos, así que se dirigió a la otra mujer que estaba ahí en el extremo de la mesa, la de pelo rojo recogido en media cola, de escote y ojos grises (o serían celestes?), diciéndole:
– Señorita, me entrega el examen de biología molecular?
La pelirroja (es un decir) frunció el ceño y le dijo,
– Doctor B, en razón del tiempo tiene que optar, tome hoy dos y deje uno para mañana.
– Y vos, ¿cuáles me aconsejás?
La pelirroja continuaba con el ceño fruncido, pero viéndolo perdido le respondió,
– Sin dudas, deje para mañana el de biología molecular.
La señorita, así la llamaron todos los aspirantes desde la letra «C» hasta la «T» después de que lo hiciera el Doctor B (pero en la mesa la llamaban con el diminutivo de su sobrenombre), fue quien más copias de examen entregó.
Por mi parte, evitaré continuar con la tendencia porque señorita me parece más apropiado para secretaria de repartición pública (¿no creen?).
Después el examen continuó, los aspirantes sudaron y escribieron, y se miraron, y miraron al techo a veces con desesperación, mientras el Profesor Pelado de Cara Bondadosa hablaba con el Otro Profesor y con la Doctora Instrucciones que anotaba tecnologías incomprensibles, el Doctor Más Joven se aburría controlando a los aspirantes, el Juez De Barba y EL Genetista bromeaban con la Pelirroja, y la Pelirroja (insisto en que es una forma de decir) se levantaba de la mesa cada vez que alguien le hacía una seña, buscaba papeles, se ruborizaba cuando un señor de traje caro (debía ser el Funcionario De Importancia) venía a decirle cosas al oído, y salía muchas veces del salón.
Corrieron las horas, la noche y el vértigo, hasta que el clima de agobio al fin hubo de expirar. Y cuando las hojas fueron entregadas y todos se despedían, los aspirantes hicieron fila para estrechar manos con EL Genetista y los Profesores, aunque no todos con el Juez De Barba y, extrañamente, ninguno con las mujeres ni el Doctor Más Joven. Pero a EL Genetista varias aspirantes lo besaron, si bien bizqueó solamente con una de vestido de selva, medias de cabaret y rulos de blonda (y también es un decir).
Esa misma noche soñé con la Pelirroja en creciente furia porque un aspirante no dejaba de perorar estúpidamente a pesar de que le ordenaba una y otra vez callar. La Pelirroja se le acercó agresivamente y le gritó, pero entonces el aspirante le acarició la cara pidiéndole que lo tomara con calma con un gesto cargado de condescendencia y libidinosidad. Resultó de esa lucha que ella regresara abochornada a la mesa donde los demás se sonreían, y peor, aún escuchando las muchas palabras tontas que había querido silenciar.
La mañana del miércoles, mientras el Doctor B daba el último examen, EL Genetista y la Pelirroja tuvieron los escritos de la tarde anterior y conversaron acerca de cinco doctores, entre la A y la M, que querían ser jefes. Vi en ellos gestos de preocupación y tal vez desaliento, pero por la tarde, con rostros voluntariamente despejados, reabrieron las puertas del salón para el último desfile de malabares que les marcaba el programa.
Y dieron la bienvenida a la fila.
Pelirroja hacía las preguntas pero los aspirantes se las contestaban a EL Genetista, Juez De Barba escuchaba (¿cansado?), EL Genetista se frotaba (¿cansado?) los ojos azules debajo de los lentes, y Pelirroja se ensañaba justo con las respuestas más tontas (¿no se cansaba?) de los aspirantes.
Doctora A dijo a EL Genetista que «la señorita podría entenderlo si hubiera trabajado en un hospital», y entonces la Pelirroja anotó en una hoja: nah, nah, nah.
Doctora De B dijo a la Pelirroja, «disculpame que me ponga pesada con la base de datos», y la Pelirroja anotó: si, y realmente pesada, querida.
Doctor D dijo a la Pelirroja, «con normas de trabajo, y ahí que te parece?», y la Pelirroja anotó: casi podría haber sido, casi.
Doctor L se intimidó y dijo «no se, me confundí, es que tengo la cabeza llena de ideas», y la Pelirroja se rió divertida, pero aunque desde entonces escribió mejores palabras, también anotó: simpático, pero obviamente no!
Doctor M dijo a EL Genetista «yo solamente confío en mí y en mi experiencia», y la Pelirroja anotó: cielos…
Después se fueron, se dejaron papeles, bastones y muletillas, pero no las acrobáticas esperanzas que llevaban suspendidas en el aire. Los acompañó la señorita que dejó a cada uno en la puerta y les dijo adiós. Y creo que ninguno sospechó quién era la del pelo rojo, y si lo supieron cometieron peor error.
El jueves EL Genetista estuvo con Pelirroja cuando ella dio su informe preliminar acerca de la eventual selección. Y Pelirroja estuvo con EL Genetista en el aeropuerto y lo despidió (pero antes tomaron una cerveza y hablaron de mi sueño) cuando se subió al avión.
Ahora tengo a mano las planillas de calificaciones en números y en palabras para redactar el último dictamen,
y ustedes, que saben quién es la del pelo rojo,
adivinen,
cuál habrá sido, respecto de los aspirantes a jefes, ¿mi recomendación final?
GABRIEL dijo:
Eventualmente, de acertar respecto a su recomendación, existe posibilidad de premio?.
Muy buena la entrada.
Real… me puedo imaginar a cada uno de los nombrados.
Ah…y me encantó "las acrobáticas esperanzas que llevaban suspendidas en el aire".
Prosit y beso!
bye.
cogito dijo:
si, claro que hay premio, pero adivina qué?
como no hay obligación de compra, no garantizo que te guste
pero me gustó que te gustara la entrada
gracias
besos!
euGENIA dijo:
JAJAJAJAJAJAJAJA
Che los tipos no te miraban???? DALE, si, decime que clase de escte tenias. Y decime donde estan las fotos del "Profesor Genetista". Y decime porque no estan en el blog ¿Que estas ocultando? ¡Decime!
Que embole tu concurso, pero divertido. Ahora me voy, pero aprovecho la ocasión para decirte:
Besosssssssssssssss
EuG
euGENIA dijo:
JAJAJAJAJAJAJAJA
Che los tipos no te miraban???? DALE, si, decime que clase de escte tenias. Y decime donde estan las fotos del "Profesor Genetista". Y decime porque no estan en el blog ¿Que estas ocultando? ¡Decime!
Que embole tu concurso, pero divertido. Ahora me voy, pero aprovecho la ocasión para decirte:
Besosssssssssssssss
EuG
cogito dijo:
jeje
otro día te las muestro… jejeje
más besos, pero muchos más
yo
Jose Miguel dijo:
¿Sos pelirroja? ¿Tenés ojos claros? Vaya sorpresa!… creí que eras la morocha de pelo ondulado y ojos oscuros que hacía formar fila y tomar distancia para entrar.
Aquí entre nos, quién salió airoso y quién no del duro escrutinio a que Brunilda sometió a sus aspirantes no parece tan interesante como otros hechos también relatados.
¿Por dónde empezar? Hmmm, veamos… Lo primero es que quizás Sigfrido haya remplazado su caperuza por la Función Pública de Importancia y vista ahora trajes caros. No sólo atraviesa su círculo de fuego cuando quiere, sino que además logra sonrojarla.
Pero esta versión del mito es más interesante que la islandesa Volsunga Saga o el germánico Cantar de los Nibelungos, aquí la heroína no sólo es vulnerable a Sigfrido, sino también a los irreverentes que hacen caso omiso de la solemnidad de un acto. ¿La solemnidad reemplaza al círculo de fuego? Quizás… Pero otra inversión fascinante es que en este caso la transgresión en vez de despertar a Brunilda le provoca un sueño inquietante…
Sigfrido también es un transgresor que no respeta la solemnidad, porque después de todo entra y la saca a cada rato, pero le habla al oído… lo cual hace una diferencia, es una transgresión más íntima… y quizás hasta deseable!
En los dos casos a Brunilda se le cae el escudo, pero el irreverente es invasivo y sus actos simbólicamente violentos ponen amenazadoramente en evidencia lo que tanto tiempo y esfuerzo ha llevado expulsar de la conciencia…
¿Y el genetista? Ahhhh! El genetista… Demasiadas menciones… Pero no, no por eso… euGENIA estás confundiendo tus intereses con los de Brunilda… Intereses que, digámoslo desde ya, tampoco figuran en las sagas nórdicas.
Ella lo admira,… aunque cansado es imperturbable… su ceremoniosa y respetable autoridad está más allá del bien y del mal y se funda en el conocimiento; salvo, claro, que se le crucen un “vestido de selva, medias de cabaret y rulos de blonda”. (Epa! Hemos tomado aquí elementos de otra épica, en este caso la épica celta de Avalón: Merlín, el conocimiento en su forma más refinada, sólo es vulnerable al encanto de las féminas, por lo que sucumbe ante la seducción de Morgana…)
Pero pese al bizqueo, esta pelirroja lo perdona, porque después de todo no sólo es “el genetista”, también es todo lo que él encarna para ella; además del analista que, como un buen padre, puede dar cuenta de los sueños inquietantes de su hija (… ¿compartiendo una cerveza?, esto tampoco está en ningún lado; aunque debo reconocer que es más barato que una hora de diván).
cogito dijo:
jajajajaaa
sería más adecuado que lo analizaras desde la mitología griega,
podrías llamarme circe
saludos!
p.s. : soy rubia y tonta, el perfil justo para una secretaria,
no sabías?
Jose Miguel dijo:
Qué tenés contra las rubias? Por qué tontas? No será un prejucio tuyo? Para mí están bien.
Circe, Circe… Ah sí, la hija de Helios y Perseis, la que enloquecía a los hombres tras convertirlos en animales!!!
Vaya deseo (in)confeso el de la niña… Casi nada… En búsqueda de Odiseo quizás? O es que aparte de darle duro a las rubias querés decir que los hombres somos… Nooooo, che! Que a los hombres nos puedan gustar las rubias no significa que las pelirrojas nos digan eso!
cogito dijo:
hey, hey, hey
lamentablemente circe es lo que hay, pero la maldición opera de este modo:
cuando un hombre se me acerca… ¡se convierte en asno!
cariños
p.s.: no tengo nada contra las rubias, si yo SOY rubia!
cómo que no habías entendido eso?
ah, si, bueno, ejem…
Jose Miguel dijo:
Fraude capilar!!!!! … y quizás con una intención inconsciente de dolo!!!! Esto va de mal en peor… Hmmmm, creo que debería volver al diván (con o sin genetista… y lo que es peor, con o sin cerveza).
Según sus últimas declaraciones, Ud. es una rubia disfrazada de pelirroja que al parecer ha desarrollado cierta animosidad hacia… bueno… Cosa expresa en su lapsus electivo de ser Circe para poder convertir a los hombres en animales.
La pregunta del millón es: ¿la tintura es para atraer o para prevenir?
p.s.: ¿Burros? ¿No eran cerdos? ¿Has hablado con tu analista de esta curiosa sustitución? Si es una metáfora referida al conocimiento, la cosa es más o menos salvable. Pero si encierra en cambio asociaciones metonímicas, tu «logos» te ha vuelto a traicionar…
(Tu prosa y tu imaginación divierten… Gracias!!! )
cogito dijo:
no, no y no!
yo soy una honesta fenocopia
puntualizo:
a. intención es dolo, inconciencia es inimputabilidad, así que tu duda me desincrimina (in dubio pro reo).
be. análisis, no che, gracias, total… el bar está abierto.
ce. animosidad, animé, ánimo, ánima, animal… animal? dijiste animal?, si, yo también, qué coincidencia!
contesto:
los animales venenosos tienen el hábito evolutivo de colorearse para advertir a los depredadores que son fatales, y ya puntualicé que soy una honesta fenocopia, no?
peticiono:
quiero mi millón (y en honesto dinero vigente)
saludos!
p.s.: las limitaciones a circe las imponés vos, no el mito, menos la indole de la propia circe y nunca la animalidad de los agentes (curioso logos asociativo-proyectivo el tuyo, las metáforas que te emocionan, son las que incluyen burros?)
Jose Miguel dijo:
Ups! Parece que toqué un punto sensible… Lo lamento, en serio… Creo que la primera mención picaresca de estos équidos perisodáctilos fue tuya, pero no importa; ¡que sirva para κάθαρσις!
En lo que a mí toca, la cosa termina aquí… Engancharme en algo que comenzó como una tomadura de pelo al psicoanálisis y después se salió de cauce no sólo sería políticamente incorrecto y en otro sentido sintomático, sino que no vale una amistad… Dicen que el silencio es una prerrogativa (y en este caso corresponde).
Salud!
cogito dijo:
no, josé
todo bien, yo simplemente me divertía
y pensé que vos también,
pero si te sirvió de catarsis, en buena hora
y salud
beso
Emanuel dijo:
es relativo el tiempo en mundo, en otros es absoluto. me recordaste a mi!!!! jajaja. no soy nadie para prejusgar pero fue la impresion superficial que denote en tus escritos, fria en busca de profundidad, cinica como buscando el golpe, desvelada esperando que me busquen, cantando para que me escuchen, "sutilmente" observador para ver mis defectos aumentados, satirica? dice verdades internas en bromas para los demas,, y sigue! pero basta de palabrerios.
gracias !! amor y sabiduria para vos
cogito dijo:
Emanuel,
completamente sorprendida
sinceramente agradecida
cariños
cogito dijo:
gracias!
si, vi tu aporte y lo leí
hay mucho para debatir, te prometo una respuesta ni bien termine una monografía que ya tiene su plazo de entrega vencido
nos estamos leyendo
abrazo
Jorge Luis dijo:
Siento que con tu relato abres, exploras y pones de manifiesto un universo que mas de una vez vislumbré de lejos pero nunca podría haber reconstruido como vos.Para mi el tema es las gerarquías, los privilegios, el sometimiento y los abusos de poder. Me gustó mucho e recordó a las mesas de exámen de la universidad aunque no sea la misma situación tiene puntos en común.
Saludos, un gusto visitar tu espacio…
cogito dijo:
Jorge Luis,
te doy las gracias acá porque tu espacio no tiene módulos para visitantes
pero quería aclarar que no existió abuso de poder,
sí existió mucha desilusión en los que estábamos en esa mesa de examen en relación a las expectativas que teníamos puestas en los aspirantes
era mucho lo que estaba en juego
y ellos no dieron la talla
lástima para todos
gracias de nuevo
saludos!
Horacio Ruben dijo:
El Doctor D sería mi elección, aunque no se si se corresponde con la tuya.
Un saludo.
cogito dijo:
el dr D. fue mi elección,
pero no logró puntaje suficiente en el examen escrito para calificar de Jefe
en fin
tal vez quiera ser auxiliar…
gracias por venir
saludos
Sergio dijo:
pasaros x mi space